| DesconectadosLa Nacion Nora Bär 03.01.2007 Tal como se había anunciado, el 8 de diciembre, a las 17 (GMT), los administradores de la Cooperación Latinoamericana de Redes Avanzadas (Clara) procedieron a desconectar a la Argentina de la autopista electrónica conocida como Internet 2, una vía teleinformática de comunicación a gran velocidad entre universidades y centros de investigación. Este vínculo les permitía a los científicos argentinos establecer trabajos de cooperación con sus colegas de otros países, aprovechar programas de capacitación a distancia y utilizar equipamiento que se encuentra a miles de kilómetros. Utilizando este enlace podían, por ejemplo, participar de reuniones de evaluación a través de videoconferencias o trabajar en cualquier parte del mundo sin salir del país. Era un acceso único, dado que ofrecía transmisión de datos a 90 megabytes por segundo, algo imposible a través de la Internet convencional. Algunos de sus usuarios eran el Servicio Meteorológico Nacional y la Comisión Nacional de Actividades Espaciales. También se comunicaba a través de Internet 2 el Observatorio Pierre Auger, ubicado en Malargüe, Mendoza, el más importante proyecto científico internacional radicado en el país. El corte podría afectar la inversión europea anunciada de casi dos millones de dólares en infraestructura de conectividad para la región. En suma, la conexión a las redes académicas y científicas de prestaciones avanzadas -como la europea Geant, la norteamericana Internet 2 o las latinoamericanas Reuna (Chile), RNP (Brasil) y CUDI (México)- era el modo de integrar la ciencia local al mundo. En la Argentina, la autopista informática había comenzado a desarrollarse a partir del proyecto Retina, de la asociación civil Ciencia Hoy, formalmente autorizada por la Secretaría de Comunicaciones de la Nación y con aportes de la Fundación Antorchas. En el momento de la desconexión, el 80% de sus costos eran cubiertos por la red paneuropea de comunicaciones avanzadas (Dante), pero se exigía al país cubrir el restante 20%. Consistía en un aporte de 150.000 euros anuales, que desde hace dos años no se hacía efectivo. Las gestiones para evitar los perjuicios y el descrédito que implicaba la desconexión culminaron en un acuerdo entre Ciencia Hoy, la Secretaría de Ciencia, Tecnología e Innovación Productiva (Secyt), la Secretaría de Comunicaciones y el Conicet en virtud del cual se transfiere la prestación del servicio a la Fundación Innova-T. La Secyt se comprometió a hacerse cargo de la financiación. Pero aunque hasta ayer todos habían firmado y la Secyt contaba con los recursos para hacer frente al traspaso, faltaba la autorización del secretario de Comunicaciones. Consultada la secretaría, fue imposible confirmar que la firma se hubiera concretado. Es decir, que aunque la solución ya está al alcance de la mano, hace 25 días que la ciencia local está desconectada... fonte: http://www.lanacion.com.ar/872146 |